12 junio 2006

El salón de nh y sfer












De lo que nh y sfer vieron en el 24 Saló del Còmic de Barcelona, de la gente con la que se encontraron, las exposiciones que visitaron, la mesa redonda a la que asistieron y lo que se compraron.

Desde hace unos años nuestra estrategia el día que dedicamos a ir al Saló es comer pronto para poder estar allí cuanto antes. Así lo hicimos esta vez también, así que llegamos al recinto ferial sobre las tres de la tarde (foto 1). ¿Ventajas? Poder dar un primer paseo por los estands tranquilamente (la mitad de la gente está comiendo, así que puedes acercarte a los mostradores para ver lo que tienen expuesto), para luego, con la avalancha que se produce a eso de las cinco de la tarde, escaparnos a por firmas o a ver las exposiones, que suele ser la zona más tranquila.

Nada especialmente destacable con respecto al año pasado en la zona de estands. Eché de menos que Sins Entido no tuviera uno propio y lo estuviera compartiendo con Arkham, cosa que no les ha permitido traer tanto material como el año pasado. También me decepcionó el estand de La Universal. Es una de mis librerías favoritas, junto con Arkham, pero este año no les compré nada porque no tenían nada de lo que sabía de antemano que iba a comprar, así que tiré de los estands de las editoriales. Todavía no me explico como es que Magic Boy, siendo novedad, solo lo vi en el estand de Dolmen... y lo mismo pasó con Más Malas Ventas, que sólo lo vi en el estand de una librería y en el de Astiberri, donde acabé comprándolo y donde le echamos una foto a Juan Berrio (foto 2), que firmaba su Aritmética Ilustrada al lado de Jali y su Plexiglas.

En fin... a las seis y media empezaba a firmar Guy Delisle, uno de los íbamos a buscar seguro (Pyongyang era una de las compras seguras de nh), pero nos fuimos para la zona de autores antes, y así poder ver a Phoebe Gloeckner. Como no había excesiva gente, y a pesar de no haber comprado Vida de una niña (es lo que tiene que las bibliotecas tengan cada vez más cómics), nos pusimos en la minicola para nos firmara. A los pocos minutos, mientras Phoebe hablaba con la chica que teníamos delante (que le estaba enseñando unos dibujos im-presionantes), nos dimos cuenta de que, o nos firmaba en la camiseta, o nos quedábamos sin firma, porque no llevábamos ni una miserable libreta para que estampara algo. Nh salió corriendo y volvió con un folio del concurso de cómic de la Joso. Phoebe no hacía dibujos, sino cartas personalizadas, así que tras un breve cuestionario y la consiguiente foto (de ella a nosotros: foto 3) nos escribió nuestra carta (fotos 4 y 5).

Pasamos entonces a hacer cola para Monsieur Delisle (fotos 7 y 8). Éramos los únicos, lo cual no hubiera sido tan grave sino fuera porque al lado teníamos la cola de Bill Sienkiewicz, que llegaba hasta una de las salidas de emergencia del pabellón. Delisle llegó un pelín tarde, y con cara de haber estado toda la noche de farra. Sienkiewicz (foto 6) llevaba unas gafas con la pegatina en la que pone la graduación todavía puesta (¿?).

De camino a las exposiciones le robamos el alma a Berberian (foto 9). Estuvimos buscando el Diario de un álbum para que nos lo firmara, pero no lo encontramos, así que el año que venga Dupuy seremos más previsores y lo habremos comprado con antelación. Las exposiciones en las que más nos paramos fueron las de Miguelanxo Prado (foto 10) y V de Vendetta (foto 11).

Por último, con las piernas pidiendo a gritos un descanso, decidimos irnos a la Sala de Actos para asistir a la mesa redonda "Mujeres de cómic". Llegamos un poco pronto y a nh se le salieron los ojos de las órbitos cuando vio que en la previa, "Cómics continentales y transatlánticos", estaba Dave Gibbons, dibujantes de Watchmen, así que nos apostamos en la puerta de la entrada a la sala y esperamos a que saliera para pedirle si podíamos hacerle una foto. Ahí está, nh abrazadito al grande (foto 12). Como siempre, las cosas importantes quedaron sin decirse, pero ya lo hizo una chica que estaba a nuestro lado comunicándole a Gibbons que para ella Watchmen era al mundo del cómic lo que Centauros del Desierto al mundo del cine. Sinceramente, espero no hacerme famosa jamás en la vida: no sabría qué decir a cosas como esa...

En fin, que ahí estaban, de izquierda a derecha, Laura Pérez Vernetti, Mar Calpena (periodista), Phoebe again, el traductor/intérprete (el verdadero protagonista de la sesión, by the way) y Jill Thompson (foto 13, de izquierda a derecha). Mar Calpena excusó la ausencia de Purita Campos, que también debería haber estado pero se había sentido indispuesta después de tres horas firmando y se había retirado a descansar. Resumiendo: todas estaban un poco hartas de que se las invitara a mesas redondas del tipo "Mujeres y cómic" cuando no tienen nada más en común que el hecho de ser mujeres (Jill comentó que no veía ninguna mesa redonda de autores negros de cómic o autores de cómic en silla de ruedas) y esperaban que poco a poco empezaran a considerarlas no como algo excepcional, aparte, casi un gueto, sino en un mismo plano que a los hombres, como personas y como artistas. Por supuesto, se habló de otras cosas: las tetas de las superheroínas (de esto no os pongo ningún enlace: buscadlo vosotros solitos) y el gran símbolo fálico de la Torre Agbar, los sofás de cuero negro y apliques metálicos, las mujeres que realizan cómics con contenido sexual y cómo esquivar los zarpazos de los editores, Robert Crumb y su jeta, chafardeando los cuadernos de dibujo de Phoebe, lo mucho que les gusta a las dos americanas el manga japonés "Uzumaki" (habrá que leerlo... la película daba más risa que miedo)... pero de todo ello, me quedo con la reivindicación de más arriba.

Nos echaron a las nueve, para descanso del pobre chaval encargado de traducir/interpretar (en el sentido de dramatizar: solo le faltó imitar las voces para que los presentes que no entendían inglés supieran de quién eran las palabras que estaba traduciendo) los diálogos entre Phoebe y Jill. Para casa a hacer recuento de compras, que queda tal que así:

- Magic Boy, de James Kochalka.
- Buen tiempo, de Joe Matt.
- Sonámbulo y otras historias, de Adrian Tomine.
- Pobre cabrón, de Joe Matt.
- El caminante, de Jiro Taniguchi.
- Psiconautas, de Alberto Vázquez.
- Pyongyang, de Guy Delisle.
- El retorno a la tierra (I) La vida auténtica, de Jean-Yves Ferri y Manu Larcenet.
- Más Malas Ventas, de Alex Robinson.


Por último, quiero que quede por escrito que la mayoría de los cómics me los compré yo porque nh se gastó casi todo su presupuesto en el pack de la primera temporada de Ghost in the Shell: Stand Alone Complex. Me metería con él por eso si no fuera porque yo también tengo ganas de ver a qué tanto misterio con el dichoso smiley man.

En fin... eso fue todo... ¡hasta el año que viene!

2 comentarios:

Miguel Sanfeliu dijo...

Joooder... Vaya pasada de post.

Ya me siento como si lo hubiese visitado también. Se capta en tu texto la excitación y el entusiasmo que produce moverte entre los textos, dibujos y autores que te acompañan a lo largo de tu vida.

Un saludo.

sfer dijo...

Pásate por "La Cárcel de Papel" (el enlace está en la columna de la derecha) y echa un vistazo a las crónicas saloneras.

Lo mío es puramente subjetivo.