23 febrero 2007

Paraísos

Pero la mayor sorpresa me aguardaba en la última estancia que visité: la biblioteca. Era tan grande como el salón, pero los único muebles que allí había eran un escritorio, una silla y un sillón de lectura. Tres de las cuatro paredes estaban cubiertas hasta el techo por una inmensa librería de cerezo, en cuyos estantes descansaban miles y miles de polvorientos libros antiguos. En la cuarta pared había un mirador de madera y cristales coloreados, una chimenea y un montón de cuadros, esta vez, todos ellos retratos. (Las Lágrimas de Shiva, de César Mallorquí. Mi lectura a día de hoy).

===

Se volvió hacia el anaquel que quedaba más cerca, rozando con un índice extendido los lomos de los libros. Sólo entonces reparé en la biblioteca. Todas las paredes forradas de volúmenes, miles de ellos. Junto a la puerta, un atril de pie sobre el que descansaba un tomo grande, encuadernado en piel, de pastas gastadas y letras plateadas en el lomo. Pensé que estaría ahí esperando a ser devuelto a su lugar. En el centro de la estancia, una mesa cuya superficie los papeles y libros no dejaban ver ni un centímetro, una lámapra y un sillón de orejas. Nunca había pisado un lugar como aquel. (El Anillo de Irina, de Care Santos. Mi lectura inmediatamente anterior).

===

Es curioso cuando escoges dos libros para leer consecutivamente, uno después de otro, sin más motivo que, en este caso, mi apetencia por leer algo más de estos dos autores cuyos blogs visito asiduamente, y te encuentras con dos historias con tantas cosas en común... En este caso, por puro azar, han caído en mis manos dos novelas que destilan amor por los libros, la literatura y las buenas historias. ¡Qué suerte la mía!

1 comentario:

claurus dijo...

Ahora lo sé!!! Me has dado la clave. No recordaba como conseguí llegar a tí y a tu blog... Con este post me has despertado la memoria, que con tanto coleccionismo se me estaba perdiendo.
Fué en el II Congreso de Bibliotecas de Murcia, una amiga de Pamplona me recordó latormentaenunvaso. blospot.com, cuando llegué a casa entré vi Care Santos colaboraba también, llegué a su blog y había un comment de Cesar Mallorquí y al lado uno de una tal Sfer, y luego otros firmados por Sfer, y curiosamente coincidía con ella en sus gustos. Así que entré el el petit princep y me dije, "Eh, aquí hay tema", y luego en librosfera y hasta hoy y por mucho tiempo en coleccionandoprincipios.com